domingo, 27 de junio de 2010

YO Y MI PROPIA COMPAÑÍA

Título: Moon
Director: Duncan Joens
Año: 2009
Actores: Sam Rockwell, Kaya Scodelario, Kevin Spacey


Nació escuchando repetidas veces frases como “Ground control to major tom” o “Is there life on Mars?”. Se puede decir, pues, que estaba familiarizado desde pequeño con el mundo del espacio exterior, por eso no sorprende que su primer largometraje sea Moon. Buena parte de culpa tuvo su padre, David Bowie, cantante de rock de éxito internacional gracias a los archiconocidos “Space Oddity”, “Life on Mars” o “Changes”.

Con un presupuesto muy reducido, tan sólo de 5 millones de dólares (sobre todo si lo comparamos con los 500 millones de Avatar), Moon se convirtió en uno de los estrenos más sonados de 2009. Su director, Duncan Jones, nos ofrece un filme de ciencia ficción en el que un astronauta-minero (Sam Rockwell) es enviado a la Luna y poco antes de terminar su contrato de tres años comienza a tener visiones y experimentar extrañas sensaciones.

He de decir, antes de comenzar la crítica, que he visionado dos veces la película. La razón principal fue el olvido con el paso de los días de muchos detalles importantes de la trama. Otra razón, no menos importante, fue la poca claridad de mis conclusiones acerca de la misma.

El primer visionado deparó en mí un regusto agradable pero poco concreto. Acabó la película, y aunque muchos cabos quedaron sueltos, su desarrollo me gustó. Pero antes de ir con las conclusiones generales, quisiera hablar de los puntos que no entendí.

Comenzamos con las alucinaciones. ¿A qué se deben? Tras dos visionados y una revisión posterior adicional (mediante el acelerado y rebobinado de la película) resultó ser éste el mayor punto negro del filme. No existe, en principio, un motivo aparente para que una mujer aparezca cuando Sam se echa agua caliente en una taza. Al final, descubrí que posiblemente se tratase de su hija, que sale posteriormente en una videollamada. La cuestión es que el clon nº1, no tenía en sus recuerdos, provenientes del primer y verdadero Sam, un recuerdo de su hija ya mayor (imposible por cuestión de edad).

Vista la primera trampa, creí que las demás me sorprenderían a medida que avanzará el filme. Estaba equivocado. Quizás me desconcertó el diálogo de Gerty con sus jefes en el que estos dicen: “Te has cargado a un operario y una cosechadora en el mismo dia?” a lo que Gerty le contesta: “Circunstancias extraordinarias”. Al principio Gerty elude dar información a los clones y después los ayuda. Además no informó que el primer clon había fallecido cuando revivió al siguiente, ¿acaso Gerty participa en el plan de escapar?

Salvo esto, una a una, las trampas fueron encontrando lógica. Me culpé a mí mismo y a mi falta de atención, pero también a un guión sobrecargado de información y presto a posibles confusiones.

Después de esta aclaración, comenzaré con el análisis global de la película.

Moon es una película interesante, quizás algo reposada para su corto metraje (97 minutos), con una cadencia similar a 2001: Odisea en el espacio. La acción es mínima y el final se intuye desde la mitad de la película (escapada a la Tierra), pero no importa, porque ésta es una película de ambiente claustrofóbico, de atmósfera cerrada, psicológica, en definitiva.

La interpretación del protagonista (Sam Rockwell) para ambos clones está muy conseguida, ya que, conforme la película avanza se hacen cada vez más evidentes las diferencias físicas y mentales del clon que está a punto de morir y del clon que va a viajar definitivamente. Podríamos decir, que tuvo que prepararse dos papeles distintos, lo que requiere mayor esfuerzo.

No se debe pasar por alto, la interpretación de Kevin Spacey, dejando su voz para dar vida Gerty, el robot de la estación y único amigo de Sam.

La música sirve de perfecto acompañamiento en las escenas del exterior de la plataforma espacial y ejemplifica perfectamente la soledad del protagonista con el empleo de un piano, que suena varias veces a lo largo de la película sin el acompañamiento de ningún instrumento musical.

Si tuviera que compararla con alguna película escogería dos muy distintas entre sí. Hablo de District 9 y Los Cronocrímenes. La primera es una película del mismo año, de un director novel también (Neill Blomkamp) y sería comparable por el género. En la segunda, la relación aparente es nula, pero al ver Moon establecí una relación entre los clones y los diversos yos que coinciden en la trama de Nacho Vigalondo.

En conclusión, Moon confirma que una idea sencilla puede dar un gran resultado sin contar con un gran presupuesto ni ofrecer batallas de dimensiones épicas. Muy recomendable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario