jueves, 18 de marzo de 2010

HIPÓTESIS DE UN CUADRO ROBADO (RAOUL RUIZ, 1979)

La naturaleza de un cuadro o una pintura no es la misma que la de una película. Los factores que la diferencian son claros: imagen en movimiento, sonidos, música, voz humana, montaje, etc.

En Hipótesis del cuadro robado el director, a mi parecer, trata de establecer una analogía entre la serie de cuadros y el cine. La intención se queda en eso, un mero intento, ya que no logra el resultado esperado. Al final resulta un “cuento” narrado apoyado en imágenes y no una historia que se desarrolla con ellas.

Baso mis palabras, en primer lugar, en un principio desconcertante y tedioso. Los quince minutos iniciales son de un ritmo lento, muy narrativo, que sumado al blanco y negro, transmiten una gran dosis de penumbra e inmovilidad. En segundo lugar, no se consigue saber muy bien de qué va la película, y consecuentemente, la atención del espectador decrece (en mi caso posiblemente motivado también por las condiciones de visionado).

Pasado ese tiempo, comienzan a vislumbrarse relaciones entre la narración anterior y los cuadros, motivando la reconexión entre espectador y película. Todo se produce de forma pausada, a través de “diálogos” entre el narrador protagonista y una voz en off. La representación física de los cuadros unida a la descripción del narrador hace que la historia se vaya intuyendo poco a poco. A pesar de la recuperación de interés, al finalizar el filme las relaciones de cada uno de los cuadros me resultaron confusas.

Otro aspecto a destacar es la relación entre el protagonista narrador y la voz en off. Me recordaba al mundo de los críticos: ambos daban su versión, como si de una verdad se tratase, de lo que se podía interpretar de los cuadros (sin saber realmente si esa era la intención del autor).

Cabe destacar la iluminación como pieza clave en el filme tanto estéticamente (véase la belleza de la niebla en los planos finales) como argumentalmente (luz que proviene de la ventana y que da pie a unir cuadros).

En definitiva, me ha resultado una película de contrastes, donde pesan más las sensaciones negativas que las positivas. Por un lado, despierta cierto interés y está bien hecha técnicamente, pero por otro lado, no termina de enganchar con el espectador y aburre en algunos momentos.

La canción de hoy me encanta. La elijo porque me parece que encaja con la oscuridad de esta película.

King Crimson – Epitaph

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Si tengo tiempo trataré de escribir algún relato corto para darle vidilla al blog. Saludos episcopales.

lunes, 8 de marzo de 2010

ANA Y LOS LOBOS (CARLOS SAURA, 1972)

Desde el primer plano, posterior a los créditos de inicio, la película nos envuelve en una nube de misterio motivada por la llegada a la casa de Ana a través de un campo donde no se diferencia camino alguno. Esta sensación se agudiza al observar la entrada a la casa, un terreno descuidado, repleto de hierbajos y maleza, que nos adelanta en cierta manera la situación de descontrol familiar.

En este filme de Saura podemos observar una estructura pentagonal donde el centro es la nueva niñera, Ana, y donde cada uno de los hermanos, la madre de éstos y las niñas en su conjunto conforman los cinco lados. El personaje de Ana posee matices muy peculiares que la definen como lo son su aspecto sensual, liberal, su acento extranjero y una gran seguridad en sí misma. Este último aspecto es muy significativo, ya que choca con la reacción de inquietud o pánico esperada, al entrar en lo que vulgarmente se podría denominar una “casa de locos”.

Podemos definir Ana y los lobos como un filme psicológico y simbólico. Psicológico, en la medida de que no hay grandes acciones en la película, más bien, se producen varios duelos dialécticos con la figura de Ana como protagonista. Y en cuanto a lo simbólico, vemos como los personajes asumen un rol muy marcado y característico relacionado con el contexto social y político nacional de la época. Cada uno de los hermanos se siente atraído por Ana en cuestión de algún rasgo diferente, bien en su afición militar, en su pelo o por cuestiones sexuales, correspondientemente.

A lo largo de la película se entrelazan momentos de tensión con momentos cómicos logrando un curioso contrapunto que no hace más que alimentar la situación de desconcierto en la que se encuentra el espectador, aumentando a su vez la curiosidad por ver el desarrollo y desenlace del mismo. Entre los momentos cómicos cabe destacar la actuación de Rafaela Aparicio (algo sobreactuada) como abuela, mezcla de humor absurdo y costumbrismo, también encontrado en las ilusiones de Fernando.

También contemplamos el desenmascaramiento de los personajes, que en un principio muestran una fachada que se desploma conforme avanza la historia. Los personajes principales evolucionan más bien poco salvo Ana, que al principio se defiende ante las impertinencias tanto de Juan como de José y finalmente acaba jugando con ellos.

Por último, es necesario destacar el final, inesperado en buena parte del filme, pero esperado según el transcurso de los últimos minutos. Se trata de un desenlace impropio de la época, bastante violento, pero que cohesiona las diversas subtramas del film y funciona a la perfección como broche final.

Intentaré subir tras cada crítica una canción que me represente. Quizá comparta gustos musicales con alguien de la clase y no lo sepa.

Procol Harum – Repent Walpurgis

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Devolvemos la conexión a estudios centrales.

viernes, 5 de marzo de 2010

NO ME LLAMES JEFE

La primera entrada de este blog está dedicada obligadamente al genio del cine actual: el Sr. Eastwood.
No escribiré mucho en esta primera entrada, sólo espero que si os animáis a comentar, opinéis sobre todo lo que queráis sin miedo a ser ofensivos, me interesan todas las opiniones, incluso la mía.

Y ahora que hable el maestro:

"Las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno".
Clint Eastwood (El novato)