jueves, 6 de mayo de 2010

Your name is Justine

Título original: Masz na imie Justine
Director: Franco de Peña
Duración: 97 minutos
País: Luxemburgo, Polonia

Justine, escapada al infierno

Sucedió en Berlín. Podría haber pasado en Alicante, Niza, Praga, Sofía o en Utrecht. Lamentablemente, la historia protagonizada por la joven Mariola puede estar repitiéndose todos los días en cualquier ciudad del mundo. Las promesas de mejorar se convierten en la esclavitud más denigrante.

Your name is Justine, estrenada en 2005, es el segundo largometraje del director venezolano Franco de Peña. Se trata de una coproducción luxemburguesa-polaca, ya que De Peña emigró con 22 a Polonia para realizar allí sus estudios cinematográficos. Tierra Prometida de Amos Gitai, Trade, El precio de la inocencia de Marco Kreuzpaintner o Taken de Pierre Morel son otras películas recientes que tratan el mismo tema: la trata de blancas.

Llama la atención el comienzo de la película. En cinco minutos se introduce apresuradamente a la protagonista, Mariola, a su novio Artur y a las dos amigas de ésta. Las tres pasan de buscar trabajo como carniceras a estar borrachas en la cama. Artur, que aparece sorpresivamente en escena a través de una ventana, resulta ser el novio de Mariola. Solo conocemos que ambos planean viajar por Europa. No sé explica mucho más la relación que tienen los novios, con lo que cuesta empatizar con los personajes.

La tensión dramática irrumpe con fuerza en el momento que Mariola descubre que acaba de ser vendida a un proxeneta. La supuesta confianza ciega en su novio (no argumentada por el director en la historia) se desvanece al mismo tiempo que sus sueños de libertad. La escena es tan violenta (tanto física como psíquicamente) que, por el contrario a lo dicho anteriormente, la respiración se corta y sufrimos con lo que le está pasando a la chica. La iluminación de la casa es mínima, predominan los tonos apagados y grises, y la ambientación de una casa poco cuidada aumenta el realismo de la escena.

El paso de la liberación a la anulación total de Mariola es brutal y muy bien llevado a cabo por el director. Primero, las miradas hostiles de la mujer de la casa, después la venta, el despojarla de su identidad (cambiando su nombre por el de Justine), la violación, la paliza y la soledad del que se siente en una jaula. Se puede decir que ha tocado fondo en cuestión de horas, pero guarda las suficientes fuerzas como para no suicidarse.

Lástima que a partir de este gran momento el filme baje su intensidad. Hasta la escapada con Nico, la acción y diálogos son casi nulos. Por otro lado, contrasta la locura casi repentina y algo exagerada de Mariola (momento del balanceo sobre la cama cantando totalmente ida), con la cordura mostrada tanto para no suicidarse como para aceptar su condición de prostituta e intentar escapar en todo momento. También es destacable la relación ambigua mantenida con Nico, de protección/salvación y explotación, que sirve para descolocar y acrecentar la expectación del espectador por ver qué pasará en la próxima secuencia.

Comparando Your name is Justine con Taken, una película aparentemente que trata el mismo tema, descubrimos un tratamiento muy diferente. En la película francesa existe una figura salvadora, casi invencible, que resuelve todo a base de patadas y demás formas de violencia gratuita. En la película de Franco de Peña el tema está tratado con más sobriedad, más sensibilidad y, aún así, no está exenta de crudeza.

En resumen, se trata de un filme correcto, entretenido, con buenas interpretaciones tanto de Anna Ciesiak como de Arno Frisch (que ya actuara a las órdenes de Haneke), pero que ni destaca en lo fotográfico ni en lo musical, ni tampoco consigue sobrecoger al espectador salvo en las primeras escenas de violencia contra Mariola.

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